Torre de Hércules

Patrimonio de la Humanidad

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La Torre de Hércules, en el punto más al norte de la península sobre la que se asienta la ciudad de Coruña, fue construido muy probablemente en la segunda mitad del siglo I o en los primeros años del siglo II d.C. por el Imperio Romano. El lugar elegido para su emplazamiento fue una loma rocosa, denominada Punta Eiras, de casi 57 m de altura.


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La Torre de Hércules, en el punto más al norte de la península sobre la que se asienta la ciudad de Coruña, es el único faro romano que desde sus orígenes hasta la actualidad ha cumplido con su función primigenia, la de servir de señal marítima de navegación para las embarcaciones que atraviesan el corredor atlántico. Fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2009.

El faro fue construido muy probablemente en la segunda mitad del siglo I o en los primeros años del siglo II d.C. por el Imperio Romano, en la entrada del gran Golfo Ártabro que comprende las rías de Burgos, Ares y Ferrol. El lugar elegido para su emplazamiento fue una loma rocosa, denominada Punta Eiras, de casi 57 m de altura, que se encuentra entre Punta Herminia y Punta do Orzán, dominando el extremo septentrional de la península en la que se asienta la propia ciudad de A Coruña.

Su fecha de construcción original no se conoce con exactitud y, posiblemente, por su situación, este punto ya había sido empleado con funciones de apoyo a la navegación marítima con anterioridad a la época romana. En todo caso, los romanos reedificaron el faro en el siglo I, posiblemente entre los reinados de Nerón y Vespasiano, aunque no existe constatación al respecto. Una piedra votiva encontrada a los pies de la torre permitió identificar a su arquitecto como Caio Sevio Lupo, natural de Aeminium, la actual Coimbra.

Esta singular construcción es de planta cuadrangular de aproximadamente 11,75 m de lado y presenta una altura total de 55 m, de los cuales 34,38 m corresponden a la fábrica romana y 21 m a la restauración realizada en 1789 para modernizar el sistema de señalización marítima. En la actualidad la Torre se levanta sobre una amplia plataforma poligonal de 32,40 m de ancho, que le sirve de base y que fue construida a principios del siglo XIX.  Con estas dimensiones, el faro sería uno de los edificios romanos más altos conservados, superado por el Pont du Gard (Francia) de 49 m y la Columna Trajana (Roma, Italia) de 38 m de altura.

Según las últimas investigaciones, la luz que desprendía el faro estaba alimentada por una lámpara de aceite de grandes dimensiones sobre la que se colocaba una piedra horadada de la que salía una mecha, que una vez encendida proyectaba la luz sobre un espejo parabólico. El mecanismo podría ser móvil gracias a un sistema hidráulico lo que facilitaba que la intermitencia de la luz emitida se interpretase como una señal marítima.

Entre los siglos V y XV, distintas fuentes señalan que la Torre podría haber cumplido una doble función, la de fortaleza y la de faro. Previamente a la reforma neoclásica llevada a cabo por el arquitecto Eustaquio Gianini, en 1684 se construyó una escalera interior y dos pequeñas torres con faroles.

A partir de 1790, la linterna se alimentará con carbón en un brasero de hierro y tendrá el apoyo de otro farol de aceite. A lo largo del siglo XIX las mejoras tecnológicas en el sistema de iluminación se suceden. Tras reformar el cuerpo superior, en 1806 se instala un mecanismo giratorio, incrementando la potencia lumínica con un aparato catadióptrico que alcanzaría las 20 millas. Será en 1883 cuando se instale una nueva lámpara mecánica que funcionaba con parafina, cuya luz era reflejada por 48 cristales.

En 1927 el faro empieza a emplear la energía eléctrica y el alcance del destello llega a las 32 millas. Cincuenta años más tarde, se instala un radio-faro de emisión continua y desde esa época emite cuatro destellos de luz blanca cada veinte segundos que se pueden ver a 23 millas.


Más info en:  https://www.turismo.gal/que-visitar/destacados/torre-de-hercules?langId=es_ES

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