Baterías militares de Ferrol

Un recorrido científico por su historia defensiva

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Descripción

La historia de las baterías militares de Ferrol empieza pues antes incluso de que estas fuesen proyectadas. Las condiciones de la ría, con una gran abertura en su boca y un cuerpo central estrecho que vuelve a abrirse en el interior en una gran barriga, la llevaron a ser designada  por el ingeniero militar Tiburcio Espannocchi como “uno de los puntos más seguros y capaces” de acoger los barcos reales en su camino hacia el norte. Felipe II, a quien servía Espannochi, designa a Ferrol puerto de su Armada y con ello comienza el verdadero desarrollo de la ciudad, que llevará a la construcción de grandes emblemas como el Arsenal y el Astillero de A Graña, ya con Felipe V. 


Recomendaciones para recorrerlo

Aunque sobre el mapa la disposición de las baterías parece ocupar un espacio muy asequible para un día, las apariencias engañan. La ruta en coche desde el castillo de San Felipe, la defensa más cercana a la ciudad de Ferrol, hasta cabo Prior, el punto más alejado, pasando por todas las batería consta de unos 30 kilómetros. A esto hay que sumarle los tiempos de parada en cada punto de interés, así como el hecho de que en algunos de ellos es preciso dar un buen paseo para descubrir su totalidad. Para poder explorar todas las baterías y no terminar extenuado, el tiempo recomendado es de dos días.

El castillo de San Felipe precisa de al menos una hora para recorrer sus murallas e historia. En su entorno se puede disfrutar también de una calita homónima, a solo 500 metros. El castillo está integrado en un pequeño núcleo urbano con restauración, lo que permite comprar algo de última hora o incluso comer.

No ocurre lo mismo con las siguientes baterías, las de la ensenada de Cariño, todas ellas están en un paraje completamente natural, tan solo salpicado de algunas viviendas particulares.

Si se decide hacer la ruta de los castillos, que va desde San Felipe a San Cristovo, o incluso continuarla hasta la playa de Cariño, se recomienda llevar, al menos, agua. Son poco más de 4 km ida y otros 4 de vuelta. Se desaconseja completar a pie la ruta hasta Punta Viñas si no se está en buena forma, ya que la pendiente hasta allí es muy considerable y por el camino costero se tardarían más de dos horas solo en el trayecto de ida.

A todas las baterías se puede llegar prácticamente montando en el coche, pero la mejor manera de conocerlas es paseando entre sus ruinas y explorando el territorio, pues buena parte de ellas permanece escondida (especialmente en Prior y Prioriño). Por eso es importante llevar un calzado cómodo.

Las baterías son un destino para toda la familia. Sin duda, despertarán el interés y la imaginación de los niños, pero en las baterías más modernas, Prioriño, Prior y Monte Ventoso, deben extremarse las precauciones. Cuentan con numerosos peligros, como los grandes pozos en los que se instalaban los cañones o los ruinosos túneles y dependencias para el personal que daba servicio a estas defensas.

Estas tres baterías están también alejadas de la civilización, no así la de Doniños, que tiene un núcleo urbano muy próximo.

Los amantes de las aves, que no olviden sus prismáticos, pues donde mejor se observan es en el mar. Con ellos se podrán avistar también las islas Gabeiras desde el norte de Doniños o el islote de O Cabalo, desde Prior, donde anidan cormoranes y otras aves marinas.

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